Fantasías (también conocidas como sueños diurnos), tenemos todos, nos enseña el psicoanálisis, tanto ellos como ellas. De hecho, la fantasía en el adulto es una manera de sustituir el juego del niño. De niños jugamos, de adultos fantaseamos. El juego en el niño es una de las mayores fuentes de placer, y como no renunciamos a nada que nos haya hecho gozar, sino que lo sustituimos, el adulto conquista en la fantasía aquel placer del juego.
En ocasiones creemos que somos los únicos que fantaseamos, porque es algo tan íntimo y que ocultamos tan celosamente a los demás, que creemos que nadie más fantasea, o al menos, que nadie fantasea lo que nosotros fantaseamos.
Parece ser que las fantasías de las mujeres son más de orden erótico, fantasean con conseguir el amor, con ser amadas. Es decir, tienen fantasías eróticas.
Ellos sin embargo, fantasean más con logros sociales o económicos, lo que podemos llamar fantasías ambiciosas.
Sin embargo, tal diferencia aparente se reduce si pensamos que todas las conquistas sociales que él fantasea realizar, son para ofrecérselas a ella, a la dama de sus amores. Así como en los cuadros de altar en la edad media estaba en un rincón del cuadro el retrato del donante, en las fantasías ambiciosas en un rincón escondida permanece la dama. Al fin y al cabo, son fantasías eróticas también, pero con un disfraz de fantasía ambiciosa.
En ocasiones creemos que somos los únicos que fantaseamos, porque es algo tan íntimo y que ocultamos tan celosamente a los demás, que creemos que nadie más fantasea, o al menos, que nadie fantasea lo que nosotros fantaseamos.
Parece ser que las fantasías de las mujeres son más de orden erótico, fantasean con conseguir el amor, con ser amadas. Es decir, tienen fantasías eróticas.
Ellos sin embargo, fantasean más con logros sociales o económicos, lo que podemos llamar fantasías ambiciosas.
Sin embargo, tal diferencia aparente se reduce si pensamos que todas las conquistas sociales que él fantasea realizar, son para ofrecérselas a ella, a la dama de sus amores. Así como en los cuadros de altar en la edad media estaba en un rincón del cuadro el retrato del donante, en las fantasías ambiciosas en un rincón escondida permanece la dama. Al fin y al cabo, son fantasías eróticas también, pero con un disfraz de fantasía ambiciosa.
No obstante esta diferencia entre fantasías femeninas y masculinas, es sabido que la mujer puede tomar una posición masculina, tanto como el hombre una posición femenina, siendo por tanto posibles en ambos fantasías de ambos tipos.
Para los dos, la fantasía aúna tres tiempos, es la realización de un deseo pretérito, despertado por algún deseo actual y que se proyecta al futuro.
Pero las fantasías son más bien un obstáculo a la consecución en la realidad, tanto de los fines eróticos como de los ambiciosos. El trabajo más simple es preferible a la más hermosa ensoñación.
Para los dos, la fantasía aúna tres tiempos, es la realización de un deseo pretérito, despertado por algún deseo actual y que se proyecta al futuro.
Pero las fantasías son más bien un obstáculo a la consecución en la realidad, tanto de los fines eróticos como de los ambiciosos. El trabajo más simple es preferible a la más hermosa ensoñación.
Ayer en el bosque de las palabras, estuvimos hablando precisamente de esto tan interesante. Era referido a atribuír alma a los objetos a través de un libro -ensayo filosófico "la vida íntima de los encendores". Llegamos auna conclusión parecida. Jugar, imaginar, soñar, da igual el nombre, es imprescindible. Sin sueños no se puede vivir.
ResponderEliminarLos hombres y las mujeres soñamos, cosas distintas o las mismas cosas, pero no podemos vivir sin soñar los unos con las otras..
Un saludo
Francisco Legaz.
Por si a alguien le apetece, aquí está la entrevista.
http://lamemoriavacia.blogspot.com/2009/06/ignacio-padilla-paginas-de-espuma.html
Hola amiga... me perece que soy sapo de otro pozo...no fantaseo con riquezas ni con logros economicos.
ResponderEliminarMi fantasia pasa por encontrar paz espiritual...que las estoy encontrando via relaciones interpersonales y en las quequeñas cosas que me ofrece este maravilloso mundo en cual vivo...solo hay que encontrarlas, estan muy cerquita de uno... y a veces no las vemos.
Encuentro una cotradiccion con la fantasias de las damas...ellas fantasean con lo erotico, pero parace que aceptan con gusto el resultado de las fantasias de los hombres!!! debe haber excepciones, como siempre.
Un beso amiga
Muy interesante Ale , un beso
ResponderEliminarDentro de mi ignorancia generalizada sobre el tratado psicológico de las fantasías, me atrevo a hablar por mí. No entiendo tan diferenciados y marcados los campos masculino y femenino. Veo mentes y no personas sexuadas. Y en cierto modo casi contravengo la tesis expuesta, en cuanto a que sea más generalmente erótica la fantasía femenina que la masculina, que se inclina sobre logros sociales o laborales. Pero, como digo, es sólo mi ignorancia la que me hace exponer lo escrito. La mente sueña, imagina -como deseo- lo que circunstanciamente no tiene, y eso es lo que ansía o anhela hasta que lo detenta. Luego hacer estadísticas en este sentido me parece como hablar sobre el sexo de los ángeles.
ResponderEliminarPero me vale la perfecta exposición como imagen del desconsuelo del mundo en el que habito. La felicidad no se sueña, ni se anhela, se vive y basta. Por eso se me ocurre ¿Los completamente felices en el amor y en el éxito laboral y social también sueñan y fantasean o simplemente se van a visitar paises y paisanos empobrecidos y desheredados para curar sus conciencias?
Un abrazo y perdonad mi estupidez.
Tengo que impregnarme de esta entrada.
ResponderEliminarYo no fantaseo de ninguna de esas dos formas.
¿y si no fantaseo?
¿imaginar es lo mismo que fantasear?
Me he quedado perpleja.
Puede que sea demasiado real,y eso es lo que no me gusta...
Un beso linda
Yo tengo fantasías de ambos tipos, mediante aquellas ensoñaciones diurnas...
ResponderEliminarBeso
Tengo todo tipo de fantasias, en unas tengo exito, en otras disfruto de la compañía de una perciosa mujer...
ResponderEliminarLa verdad es que me encanta fantasear, de hecho, puede que sea la razón op una e las razones por las que escribo.
Saludos guapa.
Gracias Francisco, la escucharé seguro.
ResponderEliminarBesos
Hola Goyo; no hay contradicción, hay suma, besos
ResponderEliminarGracias Vero, un beso
ResponderEliminarHola Santiago: fantasear y conseguir en la realidad son casi opuestos.La fantasía es un obstáculo a la consecución en la realidad.
ResponderEliminarSaludos
Hola Ki: Eso es posible, claro.
ResponderEliminarUn saludo
Hola Jose; la escritura y la fantasía tienen efectivamente sus íntimas relaciones.
ResponderEliminarUn beso y gracias por tu lectura y comentario