miércoles, 26 de diciembre de 2012

LA PORNOGRAFÍA COMO GOCE AUTOERÓTICO.



Freud decía en sus comienzos que la pulsión sexual  era la fuerza más poderosa del sujeto. Aclarando, por supuesto, que sexual no es sólo genital  y que la represión, la sublimación y otros destinos de esta pulsión, son necesarios para hacer grandes cosas.
La genitalidad es parte de la vida de cada sujeto, mantenga o no relaciones sexuales.
Cuando el primer Goce que se conoce es un goce onanista, el goce de la masturbación, y se permanece en él, o se retorna a él por las exigencias de la relación con los otros, la pornografía puede tomar ahí su papel como auxiliar: un hombre o una mujer de cartulina, o una imagen proyectada en la pantalla del ordenador, alguien que no comporta la complejidad de un humano, un semejante viviente, hablante y deseante. Que no reprocha, ni demanda, ni desea. Algo a merced de nuestro deseo, en lugar de alguien a merced de su propio deseo, o lo que es aún más complejo, de sus pactos con otros humanos. Un goce autoerótico, en lugar de un goce intermediado por el otro.
Pero no sólo el consumo compulsivo de pornografía, también la droga es un goce autoerótico: la droga, que  produce una “sensación placentera” mientras se consume (después vienen los periodos de abstinencia, donde el placer queda sustituido por sufrimiento, o por el goce de la ausencia), a la que no se le tiene que pedir permiso, que no protesta y está siempre dispuesta a satisfacer al usuario a cambio de un poco de dinero. Goces masturbatorios:  “con mis propias manitas”, sin necesidad de otros.
Un Goce que incluya un tercero, ya es un Goce más civilizado, para aceptar la participación del otro en mi Goce, he tenido que aceptar alguna diferencia, que en el mundo hay humanos que hacen diferente que uno.  Y no estoy hablando del acto sexual exclusivamente. Todo acto humano conlleva un goce, y es más civilizado si incluye a otros.
La pornografía triunfa porque es un negocio, es una cuestión económica, de economía política, pero para que triunfe es necesario un apoyo en la economía libidinal, es decir, sólo porque hay en el sujeto un no saber cómo vérselas con su sexualidad, con las diferencias, con el otro semejante, es que la pornografía vende, puede ser hecha negocio.  

jueves, 8 de noviembre de 2012

SOBRE EL ASESINATO EN EL MADRID ARENA. ¡VIVAN LOS JÓVENES!




Hace unos meses fuimos a ver a la grandiosa soprano Monserrat Caballé al Madrid Arena. Fue emocionante. Sin embargo, sin pánico y con extrema colaboración ciudadana, tardamos más de veinte minutos en salir del local, los ríos de gente (y eso que, incomprensiblemente, la Caballé no llenó más que la mitad del aforo, es decir, 5000 personas) se apelotonaban para llegar a la salida. El comentario con respecto al recinto fue: “esto es una ratonera”. Ahora imagínense que en esa ratonera clausuramos todas las puertas y solo dejamos abierta la puerta principal, y le añadimos una reacción de pánico colectiva, en la que nadie piensa en nada más que en huir y salvar su propia vida, pase por encima de quien pase. El acto se organizó perversamente, se fueron construyendo paso a paso los fatales acontecimientos. ¿Saben los items que regula le ley de espectáculos?: - El aforo. - La prohibición de la entrada de menores. - La prohibición de la entrada de drogas y objetos peligrosos al recinto. - El personal de seguridad necesario para el evento. - El personal sanitario necesario para atender eventualidades. Pues no fue uno, ni dos, fueron todos los puntos perversamente pasados por alto por una sociedad que no cuida a sus jóvenes, por empresarios cuyo fin es el ánimo de lucro, sin importarles si el precio son vidas humana (el dueño de la Empresa que organizaba el evento ha estado encausado por homicidio) por personal no contratado y en condiciones de explotación máxima, que como sabían que estaban delinquiendo, ocultaban (la policía ha requisado cientos de cajas con entradas no entregadas a sus compradores, para que no fueran contabilizadas). Una venta de entradas que superó en el doble el aforo. “Tenías que bailar botando, dicen algunos de los allí presentes, porque no te podías ni mover”, flanqueado por los cuatro costados, por sendos botadores como tú. Un personal de seguridad no cualificado y explotado, de los aproximadamente 12-15 euros la hora que cobra un vigilante, los allí presentes cobraron 6 euros. La Empresa KONTROL, encargada según contrato de la seguridad, parece no existir, o al menos no está situada en su sede social. Inexistencia absoluta y total de personal sanitario. Los carteles que ponían enfermería, eran atrezzo, una pantomima, como los hospitales abiertos por Esperanza Aguirre, que sólo se inauguraban para su regodeo, y nunca llegaron a funcionar. Qué manera de burlarse de todo. Entrada de menores (una de ellas ha muerto). Parece ser que llegada una hora de la noche se dejó de pedir el carné de identidad a los asistentes. Entrada de objetos peligrosos: bengalas, rastrillos (una de las asistentes, exclama asombrada que uno de los chicos entró con un disfraz que llevaba como complemento un rastrillo de verdad, nada de atrezzo, un arma peligrosa). No se hacía ningún registro a los jóvenes. Estas negligencias pueden ser achacadas a la Empresa Diviertt, pero ¿por qué el Ayuntamiento alquila un local a un mafioso, delincuente, con una historia penal previa? Y además, según un portavoz de una asociación de policía, el Ayuntamiento, en su política de recortes, dispone de unas unidades de policía municipal especiales para intervenir sobre las masas, y no fueron utilizadas esa noche, porque “habría que haber pagado horas extra”. Sin hablar del afán de lucro que supone alquilar a precio de oro una ratonera, una trampa mortal. Hay ahorros que salen tan caros como vidas humanas. Lo barato sale carísimo. Recortar presupuesto es recortar vidas, que es lo que parece que quisiera este gobierno, y si son de jóvenes molestos, de jóvenes que se lanzan a la calle a defender su derecho a la educación, a la cultura, al trabajo, pues mejor que mejor. Algo me llamó poderosamente la atención, los periodistas lo llamaron templanza, llámenlo resignación cristiana si quieren, yo lo llamaría indiferencia. Me estoy refiriendo a la reacción del padre de una de las niñas asesinadas, en homicidio doloso. La joven Belén, una menor de 17 años. “Estamos tranquilos, porque si Dios ha querido llevársela, Dios sabe lo que hace, o algo así. Estamos tristes, pero entendemos que tenía que ser así”. Esta actitud de absoluta indiferencia, puede ser una identificación directa con Dios: mi hija ha muerto como murió cristo, hijo de Dios, para redimir a los hombres. Si es por el bien de la humanidad, bienvenido sea el sacrificio, así a lo mejor los jóvenes aprenden que deben estar en misa en lugar de en las fiestas. O puede ser: haga lo que haga Dios está bien. Esta la actitud de muchos ciudadanos del pueblo español, que creen que si Dios Rajoy hace, está bien hecho, es por el bien del pueblo, etc. Cuando no hay un gobernante de la democracia que le haya hecho tanto mal a España, y lo que te rondaré morena. Un poco de rabia, un poco de odio hacia los asesinos, un poco de dolor por la pérdida, hubieran sido reacciones más comprensibles y saludables. Por eso yo no llamaría entereza a la reacción de este padre, lo llamaría locura. Una sociedad cristiana construida sobre la muerte, ya que en el inicio hubo que matar para “salvación y redención” de todos los hombres, estamos volviendo a la barbarie, a la economía de postguerra, basada en el ahorro en lugar de en la inversión, a la pérdida de derechos fundamentales de los trabajadores construidos con vidas humanas, a una sociedad cristiana, donde era “necesario” que el padre mandara a matar a su hijo, como parecen hacerlo algunos padres actuales con los suyos. Vivan los jóvenes, porque lo que yo vi en el programa Espejo Público sobre los acontecimientos de aquella noche, fue la solidaridad de los jóvenes, que se agruparon para derribar puertas por donde escapar, que atendieron con sus conocimientos básicos a sus compañeras heridas, que avisaron a las fuerzas del orden público para que se personaran y al sistema sanitario para que atendiera a las víctimas. ¡Que vivan los estudiantes!, como decía en su maravilloso poema Violeta Parra.

Alejandra Menassa

lunes, 15 de octubre de 2012

SI QUIERES ESTUDIAR PSICOANÁLISIS EN MADRID U ONLINE EN EL RESTO DEL MUNDO, ESTA ES TU ESCUELA

Si siempre te ha suscitado curiosidad el Psicoanálisis, ahora puedes comenzar a estudiarlo en Madrid u online desde cualquier lugar del mundo. Primer año del Seminario Sigmund Freud en la temporada 2012-2013 en la Escuela de Psicoanálisis Grupo Cero. Treinta y un años de experiencia en la enseñanza del psicoanálisis. El horario será los martes a las 19.00. Impartirá las clases la psicoanalista y médico Dra Alejandra Menassa. El precio es de 100 euros al mes. Hay becas para estudiantes universitarios y para médicos y psicólogos del 50%. No pierdas la oportunidad de conocer uno de los pensamientos más novedosos sobre el funcionamiento del psiquismo humano.

miércoles, 29 de agosto de 2012

EN DEFENSA PROPIA. LA PELÍCULA.


En Defensa Propia

Miguel Oscar Menassa no es un director al uso, y no lo es porque está tocado por la poesía y por el psicoanálisis, eso es siempre una ventaja para producir un cine novedoso, inesperado, pero también necesario. Desde que este gobierno subiera al poder, hemos sufrido de su sórdido silencio. No hay más que recordar la rueda de prensa primera que realizara el presidente Rajoy, donde  no se permitió preguntar a los periodistas. Ustedes escuchen, pero no pueden hablar. Esa suerte de mordaza, solo la puede cortar un poeta. Los mineros recorren la ciudad de noche con sus luciérnagas cefálicas encendidas, los sindicatos convocan huelgas generales, los funcionarios se manifiestan a su hora del desayuno en todos los juzgados de Madrid, etc., etc., pero ¿quién denuncia lo que aquí está pasando? ¿quién pone palabras a la ignominia? ¿quién alza la voz para decir la verdad de la verdad? Ese tiene que ser el poeta. 
Si les prometo algo, dice Menassa en la película, es que aquí, conmigo, se puede conversar. Vamos a conversar. Y eso es la película, una conversación: la voz de los niños a los que se quiere privar de sanidad y educación, dejándolos sin futuro, o en manos de sacerdotes perversos, la voz de los trabajadores (“Queda detenido por trabajar en este país”, dice uno de los policías de la película) y es una ironía, pero también es una verdad, que en este país en lugar de premiar el trabajo, se castiga al trabajador: sin paga extra, con aumento de horas de trabajo, con bajada de sueldo, y eso sólo para el afortunado que puede trabajar, seis millones no tienen siquiera la suerte de ser explotados .
Los ancianos, maltratados, con recortes en las pensiones, con medicamentos de uso habitual que dejan de tener cobertura social, también tienen su voz en esta película: ¡Vamos a reventar el régimen militar que nos quieren imponer para vivir la vejez! ¡Hemos descubierto que nos quieren liquidar, no tanto porque nos odien, si no porque no habrá pan! ¡Queremos decirles a los señores ministros que pan ya hemos conseguido y es por eso que venimos, para pedir libertad! Y por si alguien se había olvidado, después de siete meses insufribles de gobierno de lo que era la libertad, esa palabra tan lejana, viene el poeta Tuñón a decírnoslo: ¡Nosotros tenemos vergüenza, pero la libertad, no la tiene!
Los inmigrantes también hablan aquí, esos que tantas veces nos recibieron en su país con los brazos abiertos y que son absolutamente necesarios para mantener la natalidad decadente de una España que ya no sabe lo que es una familia numerosa autóctona. “El extranjero Juan no tiene nada, todo lo dio por un papel” y muere desnudo el personaje, ahí, frente a los ojos desorbitados del espectador. Esa desnudez es la nada de nada en que se deja a los que han venido a probar fortuna en nuestro país y es la nada de nada de la muerte.
El psicoanálisis está presente todo el tiempo interpretando la realidad: La relación de Merkel con Rajoy, es, en realidad, una relación homosexual. Alemania nos quiere “romper el culo”, dice uno de los ministros. La película nos lo muestra magistralmente. También nos muestra, en el consejo de ministros, como hay un goce, un regocijo en el ejercicio de la tortura, sólo un gobierno de sádicos podría haber impuesto al país estas medidas: “Rajoy, tienes que hacerte un macho, porque al pueblo español hay que apretarle el cogote hasta que ya no quede nada del pueblo español”, denuncia el poeta.
Y nos dice también: A la vejez nunca más un goce le quitarán. Económicamente, este gobierno lo ha hecho todo al revés, no lo digo yo, lo dice el Premio Nobel De Economía: en lugar de invertir, recorta, en lugar de crear empleo, lo destruye, en lugar de promover el consumo, asusta a la población, recorta salarios, todo para que se detenga el consumo interno, sin el cual no es posible salir de la crisis. La OMS también tuvo que intervenir, diciendo que la actuación de Rajoy era inadmisible porque arremetía precisamente contra los más débiles y desprotegidos y porque aumentaba en un 21% la población en situación de pobreza. Por eso, el poeta propone invertir: “Con los últimos 1400 euros que nos quedan, después de 60 años de trabajo, haremos una fiesta” Y eso es esta película: una fiesta, donde se dice que los viejos (todos lo seremos algún día) pueden gozar de la poesía, de la pintura, del baile, de la música, del canto… Una fiesta donde se deja hablar al pueblo, como en las fiestas antiguas se dejaba hablar al borracho para que dijera la verdad, y si el pueblo habla, es porque hay una escucha, solo una escucha permite la producción de un discurso. “Al mundo le falta un tornillo, que venga un psicoanalista, pa ver si lo puede arreglar”•
Se podrían decir muchas más cosas de este excepcional film, valiente, con un poco de veneno, inteligente, irónico, como dicen las advertencias para verla, pero eso sería otra película, terminar diciendo que, además, realiza un deseo de muchos: Rajoy, perseguido por la señora muerte, es alcanzado y recibe su beso letal, cayendo en el instante, virando al gusano, como diría Tuñón, el gran poeta, por esta muerte política (mejor que se dedique a otros menesteres) y porque la película es la voz de los oprimidos, estamos seguros de que triunfará.

Alejandra Menassa de Lucia
 

miércoles, 4 de julio de 2012

RECITAL DE POESÍA DE MIGUEL OSCAR MENASSA.



Recital de Poesía Fin de Temporada. Recita Miguel Oscar Menassa. Sábado 7 de Julio de 2012 a las 20.00 hs. En la Escuela de Psicoanálisis Grupo Cero. C/Duque de Osuna 4, locales. Frente a Plaza España. Se retransmitirá por www.grupocero.tv 

domingo, 3 de junio de 2012

Curso: La Mujer del Siglo XXI. Una aproximación psicoanalítica. Impartido por psicoanalistas e integrantes de la Escuela de Psicoanálisis Grupo Cero. Comienza este miércoles 6 de Junio a las 20.30. Hasta el miércoles 4 de Julio. (Sólo miércoles) Precio: 150 euros, 75 euros, con beca. 10 becas. Se puede hacer desde cualquier lugar del mundo por www.grupocero.tv. Primeros temas: La sexualidad femenina. Por Virginia Valdominos, y La mujer de la reproducción a la producción por Magdalena Salamanca.

sábado, 2 de junio de 2012

EL PAPEL DE LO PSÍQUICO EN LA SENSIBILIDAD QUÍMICA MÚLTIPLE



PONENCIA PRESENTADA EN EL SEXTO CONGRESO DE MEDICINA AMBIENTAL ORGANIZADO POR LA FUNDACIÓN ALBORADA Y LA FUNDACIÓN VIVO SANO


RECONOCIMIENTO SOCIAL
La historia del síndrome de sensibilidad química múltiple, desde mediados de los 50, ha sido también la historia de la reivindicación de un reconocimiento como entidad nosológica. Como con la fibromialgia o el síndrome de fatiga crónica, que también hicieron su camino para poder ser reconocidas como enfermedades, y por tanto ser dotadas de medios de diagnóstico y tratamiento. Con la sensibilidad química múltiple, también se está haciendo ese recorrido. Aún no está reconocida en España, pero podemos pensar que lo estará, como lo está  en otros países como Alemania, donde ya es enfermedad común, en  Italia está en trámite y en  Estados Unidos, Canadá, Noruega, Suecia y Dinamarca, se están realizando acciones preventivas, trabajos de investigación, facilitando tratamientos a los afectados, creando infraestructuras adecuadas y recogiendo sentencias judiciales favorables. Reconocer la Sensibilidad química múltiple como una  enfermedad, es necesario, porque estos pacientes demandan ser atendidos, y precisan ser atendidos. No  es posible desoir indefinidamente su padecer y conculcar su derecho a la salud.
Para diagnosticar como SQM los trastornos del enfermo se deben cumplir estos 6 criterios:
1 1) Una enfermedad crónica.
   2) Con manifestaciones que se repiten de forma reproducible.
3  3)    Que responde a concentraciones bajas de la sustancia implicada.
4 4) Que reacciona a muchos compuestos químicos no relacionados entre sí.
5  5)    Que mejora al eliminar los incitadores.
6 6)Que afecta a muchos órganos y sistemas del organismo.
El Síndrome de Sensibilidad Química Múltiple se manifiesta con una amplia variedad de síntomas: fatiga, problemas en las vías aéreas respiratorias, dolores musculares, trastornos en la concentración y en los sistemas digestivo, cardiovascular o neurológico. Síntomas que pueden ser invalidantes, producir un aislamiento social e incluso llevar a la muerte por muy diversas enfermedades. Todo eso acompañado generalmente de la incomprensión de su entorno y de sus médicos.
El título de esta ponencia es el papel de lo psíquico en la SQM. Primero tendremos que despejar a qué nos referimos  cuando decimos psíquico.
Lo psíquico no es lo imaginario. Los síntomas de estos pacientes no son un invento, como no lo son los de ningún paciente. Una de los logros de Freud en su época fue que se reconociera la histeria como una enfermedad. A pesar de sus esfuerzos, cuesta aún hoy en día a una parte importante de la población médica no confundir la histeria con la simulación, a los pacientes que padecen lo que hoy más modernamente se llama trastorno somatoforme: parálisis histérica, ceguera histérica, etc., se les trata como mentirosos, fingidores, engañadores, farsantes. Y no lo son. Están enfermos y requieren un tratamiento. También los pacientes con Sensibilidad Química múltiple lo requieren.
Hasta qué punto el no reconocimiento de una patología es algo más de un orden económico que científico. Del reconocimiento de una enfermedad, deviene un gasto, que a veces parece quererse evitar, pero lo más costoso para una sociedad es perder ciudadanos útiles.
LA IMPORTANCIA DE LO PSÍQUICO
Que haya aquí entre ustedes hoy una médico psicoanalista, que yo haya sido invitada a participar, indica de alguna manera, que hay un intento de inclusión de lo psíquico en el afán de comprender los mecanismos de producción y de tratar esta entidad, cuya fisiopatología es aún desconocida. Se conocen las sustancias con las que se asocia, se puede determinar en cada caso particular cuáles son las sustancias implicadas, pero no se sabe porqué, y cuando algo no se sabe  en Medicina, proliferan las hipótesis,  unos sujetos responden de manera tan particular a una sustancia que para otros no es en absoluto nociva, y porque lo hacen a dosis no consideradas tóxicas.
Desde mi formación como médico internista y psicoanalista, debo decir que la discusión de si ésta de la que tratamos hoy es una enfermedad orgánica o psíquica, discusión que circula en el ambiente médico, es del todo estéril. No hay nada que suceda en el sujeto sin la participación de su psiquismo, tampoco enfermedades como por ejemplo la hipertensión arterial o el asma, consideradas enfermedades orgánicas acontecen en cualquier situación psíquica, en cualquier situación de la vida del sujeto, sino sólo en una determinada situación.
El enfermo psíquico sufre una doble discriminación, por la Medicina, porque lo trata las más de las veces de simulador, y por sí mismo, ya que él aspira a ser algo más reconocido socialmente, es decir, a ser un enfermo orgánico. La categoría de enfermo psíquico queda así denostada por la sociedad, por la Medicina y por los propios pacientes, es como algo menor, menos serio, menos grave, y se llega a frases como: “Si te pasa eso es porque tú quieres” o peor aún: “Eso te lo provocas tú”. Nada de esto es cierto, ni el enfermo está enfermo porque quiere, ni se ha provocado él la enfermedad deliberadamente. Una neurosis obsesiva, que requiere constantes rituales y ocupa todo el pensamiento y la energía del enfermo en la enfermedad, incapacitándolo para la vida, o una fobia, que requiere aislamiento, encierro, evitación e impide al paciente salir de su casa, tienen muchas veces tanto o más impacto en pérdida de  calidad de vida como un infarto de miocardio o una artritis reumatoide, consideradas enfermedades orgánicas.
Otro capítulo aparte es que, dado que la SQM es una enfermedad cuya sintomatología puede resultar invalidante, impidiendo la realización del trabajo habitual, entra en juego la sospecha de una neurosis de renta o simulación. Los pacientes con neurosis de renta o simuladores, son aquellos a los que se les supone fingir una enfermedad para conseguir un subsidio, pensión o ayuda del Estado, su empresa, o sus familiares. Pero lo llaman neurosis de renta, es decir, aceptan y niegan a la vez que estos pacientes tengan una enfermedad al ponerle el apelativo de neurosis ¿es poca enfermedad no haber generado la capacidad y la fortaleza psíquica necesaria para sobrevivir por  uno mismo en este mundo y desarrollar plenamente la propia capacidad de trabajo, de tal manera que se prolongue hasta la edad adulta la dependencia infantil?  Quiero decir que neuróticos de renta o enfermos de cualquier otra cosa, siguen estando enfermos, y siguen requiriendo atención.
Los enfermos con SQM, tampoco padecen una neurosis de renta, no son simuladores.
Hemos tratado algunos casos, no muchos, de esta enfermedad en el Departamento de Medicina Psicosomática que dirijo, o mejor dicho, hemos acompañado al tratamiento médico que estos pacientes realizaban ya que no se trata de reducir la enfermedad a una entidad exclusivamente psíquica, y no ocuparse para nada de lo orgánico, ni tampoco se trata de ocuparse únicamente de lo orgánico, olvidando que somos sujetos psíquicos. Se trata de sumar disciplinas, que es el nódulo de la Medicina Integrativa, para dar una atención lo más exhaustiva y exitosa posible al paciente.
La ciencia avanza por preguntas, preguntas que no son formuladas para cerrarlas con respuestas, sino que son aperturas a la investigación. No pretendo, por tanto, concluir nada hoy, sino abrir caminos para el conocimiento y posible tratamiento de una afección aún muy desconocida.
INTENTO DE APROXIMACIÓN
Digamos que esta ponencia se organiza en torno a la pregunta ¿porqué algunos pacientes se enferman y otros no frente a la misma sustancia? Para responder a esta pregunta, se barajan diversas hipótesis, se puede hablar de una intolerancia a las sustancias o de una hipersensibilidad a las mismas. En esta hipersensibilidad se implican factores como una disfunción del sistema inmune, o algunos déficits enzimáticos, entre otros. Nos centraremos hoy en la implicación del sistema inmune en esta entidad nosológica.
Sabemos que la enfermedad se organiza en dos fases. "Empieza con una exposición que puede ser a un tóxico o a una mezcla; puede ser a una dosis alta o varias dosis menores, incluso en días distintos. Las sustancias son variadas: contaminantes del aire interior de los edificios, vertidos de sustancias químicas, disolventes, plaguicidas... Posteriormente a la exposición, se produce un proceso de pérdida de la tolerancia inducida por un tóxico (PTIT) afecta a muy pocos de los individuos expuestos y causa pérdida de la tolerancia previa a diferentes productos químicos; en términos no del todo exactos, según el Dr. Arturo Ortega, diremos que “sobre-reaccionan” o se vuelven “alérgicos” a estas sustancias. Los compuestos a los que se vuelven hipersensibles pueden ser de uso cotidiano (perfumes, lacas, pintura al óleo, detergentes, etc.), o poco comunes. En la segunda fase, de provocación, la exposición a algún producto químico provocador desencadenará las manifestaciones que son la enfermedad advertida por los enfermos y por los médicos".
El mecanismo es muy similar al de la alergia, con una primera exposición al alérgeno (una o varias) y una posterior exposición que desencadena el cuadro, mediado siempre por el sistema inmune, esta manera de reaccionar implica la capacidad de memoria característica del sistema inmune, o al de algunas intolerancias alimentarias no alérgicas,  donde está implicado un déficit enzimático, por ejemplo, la intolerancia a la lactosa, que también requiere varias exposiciones para el desarrollo del síntoma.
Para trabajar el papel de lo psíquico, hoy vamos a centrarnos en la hipótesis de la implicación del sistema inmune.
Hay algunos autores que han trabajado el sistema inmune como el sustrato en el cuerpo de lo psíquico. La psiconeuroinmunología, que se empieza a desarrollar ampliamente a partir de la década de los 80, se ocupa de las marcadísimas interacciones que existen entre lo psíquico y el sistema inmune.
Durante la segunda Guerra Mundial, se observó que los soldados de los ejércitos vencidos, se enfermaban con mucha mayor frecuencia de una diarrea infecciosa que los vencedores, y se relacionó esto con la depresión psíquica que padecían secundariamente a la derrota, y que producía una despotenciación de su sistema inmune. Podemos decir que la depresión psíquica, tiene también una faz somática, una inmunodepresión. Como vemos, los procesos vitales afectan al sujeto a nivel somático y a nivel psíquico de manera paralela.
La producción del sistema inmune de un humano, tiene muchas similitudes con la producción de su propio psiquismo. En la producción de un sujeto psíquico interviene el mecanismo de identificación. Sólo tomando a otro humano como modelo cada uno puede alcanzar su humanidad. La operación por la cual se constituye la semejanza, por la cual el sujeto concluye: “soy de la especie humana”, es lo que denominamos alienación. En esta operación, a la vez que el sujeto se acepta como integrante de la especie humana, también adquiere una identidad: “soy humano”, no soy un balde, ni una pared, soy un humano. Es decir: desde lo semejante, desde el otro, se constituye lo propio: “sólo soy un humano entre humanos” y también lo semejante.
Después de esta operación de alienación, de identificación con el otro, una vez constituido lo semejante, el sujeto se tiene que diferenciar del otro: “soy un humano como el otro, pero no soy el otro”, es lo que llamamos operación de separación, reconocimiento de lo diferente. Podemos concluir que sólo desde el establecimiento de la diferencia hay verdaderamente semejante.
Lo que sucede en el alérgico y en otras intolerancias, también postulamos que podría estar implicado en la SQM, es que hay una respuesta exagerada a algo que no es nocivo: frente a un grano de polen, despliega el sujeto gran parte de su ejército inmune, como si de un enemigo poderoso se tratase. La respuesta inflamatoria que se observa en los bronquios de los pacientes con asma, no es otra cosa que el resultado de esta respuesta inmune. Podríamos decir que los asmáticos no son hiperreactivos sólo a nivel bronquial, sino también a nivel inmunitario, y observamos que también lo son en sus relaciones sociales. La relación de objeto, la relación con los otros semejantes, en el alérgico está marcada por esta característica, mostrándose en ocasiones una intolerancia a lo diferente, desconfianza, como si todo lo ajeno, lo exterior, el otro, se le presentase como un enemigo que amenaza la propia integridad. La intolerancia siempre tiene que ver con la no aceptación de las diferencias.
En el sistema inmune, primero se reconoce lo propio, proceso que tiene lugar en el timo y en médula ósea y posteriormente se reconoce lo extraño, lo exterior, lo diferente al sujeto: el sistema inmune se va poniendo en contacto con los gérmenes y otras sustancias y se va desarrollando una memoria inmunológica.
Desde el psicoanálisis podemos pensar al sujeto afectado por algo exterior a él, pero que no es tanto el alergeno, o el tóxico, sino la palabra que lo nombra, es el lenguaje lo que afecta al sujeto. Somos seres hablantes, habitantes del lenguaje, y el lenguaje nos afecta, las frases. El Dr. Mackensi, en 1886 relata un caso clínico de una paciente que tenía crisis asmáticas desencadenadas por el perfume de las rosas, él le presentaba una rosa de papel y esto era suficiente para provocar la crisis. Es el significante rosa, y no el objeto rosa el que causaba el cuadro. O el caso de una joven con alergia al polvo, que tuvo un episodio de asma durante su viaje de fin de curso, en el que los carteles anunciaban: nieve en polvo, y que cedió entre risas convictas, cuando su psicoanalista le interpretó que polvo ella debía intuir en las incursiones nocturnas a las habitaciones.
También es muy ilustrativo el caso de una paciente que comenzó a presentar sensación de "falta de aire", disnea, desde que había intentado volver con su novio, del que ella decidió separarse unos meses antes, y éste la había rechazado, situación que la paciente calificaba de “desaire”.
Trousseau (1801-1867), eminente médico clínico y teórico de la Medicina, era asmático y analizó sobre él mismo el papel que jugaba el alergeno (que llegó a identificar como polvo de avena) en el desarrollo de sus crisis de asma, con respecto a una de ellas escribe: “Pero, seguramente también, este polvo no ha sido suficiente por sí solo para causarme un accidente tan violento, ha hecho falta, pues, que esta causa me haya sorprendido en condiciones particulares. Bajo la influencia de la emoción moral mi sistema nervioso estaba excitado”.
Esta posición psíquica, de suponer enemigo al semejante, es muy característica de una posición fóbica. En relación a este señalamiento, se han realizado estudios médicos donde se observa que las personas que sufren agorafobia y trastornos de pánico registran mayor riesgo de padecer alergias.
En un estudio realizado en el Hospital del Mar de Barcelona, por el Dr. Bulbena, que comparó un grupo de personas que sufría trastornos de ansiedad (agorafobia, trastornos de pánico) con un grupo de pacientes sin ninguna enfermedad psiquiátrica, se pudo observar que los primeros presentaban con una mayor frecuencia las enfermedades somáticas mencionadas, 6,1 veces más alergias.
Los otros, nuestras relaciones, también forman parte del ambiente en el que vivimos, son nuestra mayor fuente de Goce y nuestra mayor fuente de displacer, se habla en muchas ocasiones de relaciones tóxicas. La Medicina Medio Ambiental, además de ocuparse de que estemos expuestos lo menos posible a sustancias nocivas, también debe tener en cuenta que vivimos entre otros humanos, y que a veces reaccionamos frente a ellos como las viejas reacciones antígeno-anticuerpo, con intolerancia. Postulamos, por tanto, que a la sustancia, como decía Trousseau, se le debe añadir además un determinado estado psíquico, una posición psíquica determinada. Cuando me afecta el exterior de manera tan particular, quizás es porque el exterior impacta en un proceso íntimo, psíquico. Por eso es importante tener en cuenta los factores psíquicos.
Estas operaciones que hemos señalado, constitutivas del sujeto: la alienación y la separación, podríamos decir que se reactualizan en psicoanálisis. Cuando estos pacientes realizan un tratamiento psicoanalítico, hemos observado que a medida que el sujeto realiza las operaciones de aceptar la semejanza con el otro, y también diferenciarse del otro, sin que estas diferencias sean motivo de intolerancia, se torna diferente también la tolerancia de su sistema inmune a sustancias inocuas o a concentraciones bajas de sustancias tóxicas.
Dra. Alejandra Menassa de Lucia. Médico Internista. Psicoanalista. N.C: 50353.

domingo, 13 de mayo de 2012

EL LOCO MUNDO

El psiquiatra tomó su texto y golpeó con él la cabeza del paciente,
que inmediatamente, cayó al suelo vencido sin duda por la letra.
La enfermera contemplaba la escena entre atónita y divertida,
un familiar, paralizado por el terror, sugería adjetivos supuestamente
poco gratos a los oídos del psiquiatra, pero a él ya no le importaba nada.
Había decidido marchar a la Bahamas a las tres menos cuarto,
antes de que el frío se hiciera francamente despiadado.

El taxista lo miró con extrañeza, porque dijo: “Al aeropuerto”, y
no llevaba equipaje, sólo un traje oscuro y algo desgastado
por los otoños y el uso inapropiado: había sido utilizado de la misma manera
en los entierros y en los esponsales y tuvo que soportar
las contradicciones más espantosas, como ser de jueves y de domingo.
Como llevar camisa amarilla y camisa gris, como ser blanco de las manchas
de la cena y de las de la comida, ¡tan nefasta había sido la vida del psiquiatra!

¿Por qué dices eso, preguntó la enfermera? No sé, es que el dilema
nunca fue bailar con María o bailar con Eva, siempre fue triste,
nunca hubo en su vida más mujer que su santísima madre.
Pero dime ¿porqué golpeó al paciente y se fue después a las Bahamas?
No lo golpeó, o al menos, no sólo lo golpeó, lo nokeó con el DSM 5.
No, si lo que yo nunca entenderé es porqué a las Bahamas.
¿justo a las Bahamas? ¿Qué se le había perdido allí?

Quizás buscaba su razón. Tristemente, algunos, pierden la razón.
¿Perder la razón? Ojalá fuera eso, pero yo sé que no,
razón es lo que le sobra a estos médicos decimonónicos.
En fin, sólo sé que antes del golpe, el paciente había pronunciado
estas palabras: yo no estoy en ningún capítulo de ese libro infame que maneja,
yo soy absolutamente original, no va usted a encasillarme en un diagnóstico común.
Y después, lo recuerdo desmayado y a su madre –el paciente también padecía de eso-
dando unos gritos sobrehumanos, entonces, el director del hospital vino con la carta
de despido, pero él Dr. Domínguez ya se había marchado a las Bahamas.

Es una historia como cualquier otra, dijo la enfermera.
Y puso su dedo índice en forma de cruz sobre sus labios, como
indicándome: ha de guardar silencio, y yo asentí con la cabeza
mientras comenzaba a escribir este poema.

Alejandra Menassa de Lucia

lunes, 23 de abril de 2012

JUEVES DE PSICOANÁLISIS ¿PORQUÉ TENEMOS PESADILLAS?





Charla coloquio Jueves de Psicoanálisis: ¿Por qué tenemos pesadillas? Impartida por la psicoanalista Paola Duchên. A las 19.00, el jueves 26 de Abril. En la Escuela de Psicoanálisis Grupo Cero. C. Duque de Osuna 4. Entrada Gratuita. Se puede ver online por www.grupocero.tv

jueves, 1 de marzo de 2012

LA IMPORTANCIA DEL PSICOANÁLISIS PARA LA MEDICINA.


Conferencia impartida en la Facultad de Medicina de Alcalá de Henares el 01 de Marzo de 2012. Por : Dra. Alejandra Menassa de Lucia.

Importancia diagnóstica.

Creo que antes de entrar en la cuestión de cuál es la relevancia, o la importancia del psicoanálisis en el proceso de diagnóstico, tendríamos que hablar de qué es el psicoanálisis y de cómo concibe el diagnóstico.

Yo soy médico, me formé en parte en estas mismas aulas a las que vosotros acudís ahora a formaros y también soy psicoanalista en ejercicio desde hace quince años.

Si alguien se anima a conversar, a mí me gustaría que me dijerais qué entendéis vosotros por psicoanálisis. Sino, seguimos adelante y luego me decís (los alumnos prefieren dejarlo para después y se establece un interesante debate).

Seguro que la palabra psicoanálisis la habéis oído todos. Lacan decía que el psicoanálisis era la ciencia del lenguaje habitada por el sujeto. Y podemos decir que la gran producción del psicoanálisis, es el concepto de inconsciente. Es decir, que suceden cosas en nosotros que escapan al control y a la regulación de nuestra conciencia.

El psicoanálisis es más que una terapia, es una manera de pensar, y nadie ni nada puede detener el nacimiento y la acción de un pensamiento, pero si se le diera una oportunidad como terapia como se le ha dado a otros tratamientos podríamos ver los efectos del psicoanálisis a nivel cotidiano, algo que hoy en día sólo es privilegio de algunas comunidades. El psicoanálisis está en circulación, se ha producido como Ciencia, como avance del Pensamiento, lo mismo que la radiología, por ejemplo, podemos decir que es un derecho que cada sujeto tendrá que conquistar.

La salud se produce, y el psicoanálisis es un camino hacia la salud, la Medicina ganaría mucho incluyendo el psicoanálisis en muchos campos: por ejemplo, en la prevención de las enfermedades psicosomáticas, en su tratamiento, porque el psicoanálisis nos enseña que los seres hablantes que somos estamos más preparados para vivir en la enfermedad que para vivir en la salud, y hemos construido una sociedad donde se recibe más ayuda para permanecer enfermo que para el tratamiento.

Con respecto al diagnóstico. Así como se concibe el proceso de enfermar así se concibe el diagnóstico y así se realiza el tratamiento. Todo padecimiento psíquico, se presenta con un aspecto clínico determinado, que llamamos enfermedad de fachada, es lo que aparente, una estructura que lo sostiene, de la cual sólo tenemos noticia a medida que transcurre el proceso analítico, y un grado de normalidad. Ninguna enfermedad acaba totalmente con la salud del sujeto, la afecta parcialmente. Para eso es extremadamente útil el psicoanálisis, porque detrás de un caso de asma, puede haber una fobia, o una histeria, o una enfermedad psicosomática, la estructura de fachada es un asma, pero la estructura que la sustenta, puede ser cualquiera de las tres que hemos mencionado y por eso que diferenciar entre la enfermedad de fachada, la enfermedad de estructura y la normalidad, sabiendo que estas tres cuestiones están presentes en cada padecimiento de cada sujeto, es necesario y hace a la precisión del tratamiento, tanto al tratamiento médico como al tratamiento psicoanalítico, puesto que en casi todas las enfermedades denominadas psicosomáticas se precisan ambos tratamientos.

La importancia del psicoanálisis en el diagnóstico reside en marcar la diferencia entre la estructura y los efectos de estructura.

En psicoanálisis el diagnóstico es el tratamiento, es decir, no se necesita rotular para tratar. Qué estructura clínica tiene, sólo lo sabré después, por recurrencia. Y esto es así porque el elemento técnico es la interpretación psicoanalítica, interpretación que es el deseo inconsciente y, con la producción del deseo inconsciente, construyo una historia de deseos y ahí podemos saber por qué el sujeto necesitó enfermar para hablar. De esto sólo puede decir una ciencia que dé cuenta del deseo inconsciente.

El tiempo que maneja el psicoanálisis es otro, es el futuro anterior, donde no es el pasado el que determina el presente sino que desde el presente puedo leer qué cosas del pasado fueron las que me llevaron hasta la situación actual, pudiendo transformarlas o modificarlas, es decir, construyo el pasado y un futuro, construyo lo nuevo. No se trata de arreglar el pasado del sujeto sino de transformar aquellas cosas del pasado que van a hacer que su futuro sea otro, que van a cambiar la vida del sujeto. Es decir, no se trata de recuperar una salud perdida, sino de producir un nuevo estado de salud.

Acabamos de publicar un libro, junto con una compañera que se llama Diagnóstico diferencial entre la histeria, la enfermedad orgánica y la enfermedad psicosomática, entonces estoy como muy imbuida en este momento de los aportes que el psicoanálisis puede hacer al diagnóstico, es un instrumento de precisión, de discriminación.

Un ejemplo maravilloso está en uno de los primeros textos de Freud, ustedes saben, y si no les digo, que Freud era neurólogo en una época donde por la falta de pruebas complementarias tan finas como las que tenemos hoy, la clínica era si cabe más determinante. Y él hace un estudio muy minucioso para diferenciar, hacer un diagnóstico diferencial entre las parálisis orgánicas y las parálisis histéricas. En 1893 Freud publica este Estudio comparativo de las parálisis motrices orgánicas e histéricas, donde concluye que en la parálisis histérica no existe lesión orgánica, ya que no cumple nunca la distribución, la intensidad o la localización compatible con una lesión orgánica del sistema nervioso.

Hay que tener en cuenta que las teorías que se manejaban en esa época sobre las causas de la histeria (y no estamos tan lejos actualmente de esta concepción, porque hace poco se presentaba en el País un trabajo con RMN que pretendía hallar alteraciones en el cerebro de las pacientes histéricas), todos los trabajos de Charcot y sus discípulos, postulaban que los síntomas histéricos se debían a una lesión orgánica de carácter dinámico o funcional. Es decir, una lesión, por ejemplo un edema, que no producía ninguna modificación perdurable en los tejidos y que, por tanto, no se apreciaba en una autopsia. Seguían insistiendo en la existencia de una lesión orgánica, algo incompatible con los hallazgos clínicos, como nos muestra Freud.

Él observa que ciertas formas de parálisis cerebral no se dan nunca en la histeria, por ejemplo, la parálisis del facial inferior (una de las manifestaciones más frecuentes de una afección orgánica del cerebro) o la afectación del quiasma del nervio óptico (con la consiguiente hemianopsia: ceguera que implica la mitad del campo visual).

La histeria toma los órganos en el sentido vulgar, popular, del nombre que llevan: la pierna es la pierna hasta la inserción de la cadera, y el brazo es la extremidad superior, hasta el hombro, por lo tanto no hay razón para unir a la parálisis del brazo la parálisis del rostro (como sucede en las parálisis orgánicas).

Lo que viene a plantear aquí es que, en la histeria, lo que está en juego es la concepción vulgar, popular, de los órganos y del cuerpo en general. Esta concepción no se funda en un conocimiento profundo de la anatomía del sistema nervioso, sino en nuestras percepciones táctiles y, sobre todo, visuales, es decir una anatomía imaginaria, un cuerpo imaginario, en relación a la imagen corporal.

Por otra parte, tomando en consideración las peculiaridades de las parálisis histéricas señala una serie de características de los síntomas histéricos:

1. En la histeria los síntomas son similares a los síntomas de la parálisis orgánica pero aparecen fragmentados. Por ejemplo, una lesión cerebral del hemisferio derecho que afecte a la zona motora de la corteza cerebral dará lugar a una hemiplejia izquierda (parálisis de los miembros superior e inferior izquierdos) y a una parálisis del nervio facial inferior izquierdo (que provoca una desviación de la comisura bucal hacia la derecha).

Por el contrario la parálisis histérica presentaría solamente una parálisis de los miembros (hemiplejia) sin afectación del nervio facial, e incluso se podría presentar, y de hecho frecuentemente sucede así, como una parálisis aislada del brazo o de la pierna, en forma de monoplejia (afectación aislada de un miembro superior o de un miembro inferior).

Este mismo poder de disociación se manifiesta en las parálisis aisladas de un segmento de miembro (por ejemplo la mano), con integridad completa de todas las partes restantes del mismo (el resto del brazo), o también en la abolición completa de una función, con integridad de otra función ejecutada por los mismos órganos.

2. El grado de afectación en la parálisis histérica es el mismo para todo el miembro afectado, es decir, en una parálisis de un brazo la intensidad de la parálisis es igual en el hombro que en la mano, cosa que no sucede en una parálisis orgánica, donde la afectación distal (la más cercana a la mano) siempre es mayor que la proximal (la más cercana al hombro).

3. En la parálisis orgánica la alteración de la motilidad suele ir acompañada de una hipoestesia (menor sensibilidad) o anestesia del miembro afecto. En la parálisis histérica, sin embargo, la estimulación de la zona afectada produce una sensación entre placentera y dolorosa ya que se trata de una zona libidinizada (zona histerógena), dado que en la histeria es característico el desplazamiento de la fuente erógena.

4. La parálisis histérica presenta, además, otro carácter, que es como la rúbrica de la neurosis: es una enfermedad de manifestaciones excesivas, que entraña una tendencia a producir sus síntomas con la mayor intensidad posible.

5. La parálisis histérica es de una limitación exacta (está muy claro el límite entre la zona del miembro afectada y la no afectada por la parálisis), mientras que la limitación de la lesión orgánica suele ser más difusa, menos nítida. Con la hemianestesia (la mitad del cuerpo no responde a los estímulos táctiles o dolorosos) sucede lo mismo, mientras que la anestesia histérica está exactamente limitada a un hemicuerpo, la hemianestesia orgánica sobrepasa la línea media, debido a la distribución de las fibras nerviosas, en la que parte de las fibras izquierdas pasan al lado derecho del cuerpo y parte de las fibras derechas pasan al lado izquierdo.

La alteración histérica sería, en una parálisis braquial por ejemplo, la abolición de la accesibilidad asociativa de la concepción del brazo. El brazo se comporta como si no existiese para el juego de las asociaciones. Es similar al súbdito entusiasta que juró no volver a lavarse la mano que su rey se había dignado estrechar. La relación de su mano con la idea del rey parece tan importante a la vista psíquica del individuo, que él mismo rehúsa hacerla entrar en otras relaciones. El valor afectivo que atribuimos a la primera asociación de un objeto nos impide hacerlo entrar en una nueva asociación con otros, y de este modo hace inaccesible a la asociación la idea de tal objeto.

Desde el punto de vista médico, en el síntoma histérico, no hay lesión orgánica establecida, el síntoma es funcional, es posible la recuperación ad integrum (sin secuelas). Por ejemplo, en un infarto cerebral en el que se produzca una parálisis de una pierna, la lesión, una vez establecida, es irreversible, hay daño orgánico, mientras que en la parálisis histérica la lesión es funcional, no hay daño orgánico cerebral y, por tanto, con tratamiento psicoanalítico el paciente puede recuperar totalmente la función de ese miembro afecto.

El paciente histérico en el ejemplo que venimos trabajando, tiene reprimida la palabra brazo, no habla del órgano, hace síntoma (la parálisis braquial), a diferencia del paciente hipocondríaco, en el que el relato es sobre el órgano, incluye el órgano. Por eso el relato del paciente hipocondríaco es más parecido al del enfermo orgánico, que también incluye el órgano. En estos últimos, el paciente hipocondríaco y el paciente orgánico, no está reprimida la palabra, el nombre del órgano como lo está en la histeria.

Hubo una época (de la que algunos médicos no están lejos hoy en día) en la Historia de la Medicina donde si el paciente no podía ser diagnosticado, si no estaba descrita su enfermedad, no era considerado enfermo. De hecho, después de que ya está catalogada la histeria, de que ya se conoce que existen los trastornos somatoformes o disociativos, como se les llama en psiquiatría, igual a las histéricas se las sigue llamando simuladoras, fingidoras, etc. Como si la ausencia de lesión orgánica descartara padecer una enfermedad.

Para tratar en Medicina es preciso tener un diagnóstico previo, de lo que se trata es del diagnóstico, en ambas el objeto del deseo del médico y del paciente es el diagnóstico de la enfermedad, que por el hecho de que cualquier representación calma la angustia, tranquilizaba tanto al médico como al paciente. Así, el diagnóstico, transforma un estado indefinido en una afirmación. En medicina, teoría, método y técnica se suceden, por eso que el diagnóstico, el pronóstico y el tratamiento son tres momentos diferentes, que pueden variar dependiendo del tipo de enfermedad.

En psicoanálisis ya no se trata de diagnosticar en tanto el anudamiento de teoría, método y técnica, permite que diagnóstico y tratamiento sean una misma cosa, por eso decimos que el diagnóstico en psicoanálisis es a posteriori, en tanto tratar es diagnosticar. Algunos autores llegan a decir que la enfermedad se termina de constituir en el análisis, pero en realidad lo que se termina de constituir es el sujeto para el cual dejarán de ser necesarios los síntomas, pues si la metáfora paterna funciona en él, si hay padre simbólico, no necesitará por ejemplo que la fobia, ocupe ese lugar.

Hay un sujeto que sólo se constituye en una experiencia analítica. Hay un sujeto del deseo inconsciente que sólo acontece cuando el sujeto habla sin saber, cuando acepta que hay un saber que no radica en un conocimiento sino en el hecho de ser un sujeto hablante, un sujeto deseante, es decir, cuando se encomienda a la deriva del lenguaje.


Cuadro: El Nacimiento del Nuevo Hombre de Dalí.

lunes, 6 de febrero de 2012

LA MUJER DEL SIGLO XXI. APROXIMACIONES PSICOANALÍTICAS

CICLO DE CONFERENCIAS DE INTRODUCCIÓN AL PSICOANÁLISIS

LA MUJER DEL SIGLO XXI. UN ACERCAMIENTO PSICOANALÍTICO

Días 15, 22 y 29 de febrero; 7, 14, 21 y 28 de marzo del año 2012

Miércoles de 10,30-13,30 H.

PROGRAMA

La sexualidad femenina

Virginia Valdominos

15 de febrero

La mujer de la reproducción a la producción. Prejuicios históricos

Magdalena Salamanca

22 de febrero

Mujer y ciencia

Pilar Rojas

29 de febrero

La mujer en la literatura

Alejandra Menassa

7 de marzo

La mujer en el cine

Manuel Menassa

14 de marzo

La mujer de la posición de objeto a la posición de sujeto

Ruy Henríquez

21 de marzo

Mujer y trabajo

Susana Lorente

28 de marzo

Se concederán 2 créditos de libre configuración a los asistentes

Lugar:

Seminario 217, Facultad de Filosofía, Edificio “A”

Universidad Complutense de Madrid

Organizan:

Escuela de Psicoanálisis Grupo Cero y Asociación Juventud Grupo Cero

Información e inscripción:

91 394 53 74 - ruyhenriquez@filos.ucm.es

lunes, 30 de enero de 2012

MEDICINA PSICOSOMÁTICA.


MEDICINA PSICOSOMÁTICA

Soy médico Internista, especialidad realizada en el Hospital Doce de Octubre, Psicoanalista de la Escuela de Psicoanálisis Grupo Cero y profesora del Seminario de Postgrado en Medicina Psicosomática de la Escuela de Psicoanálisis Grupo Cero, inaugurado en el año 2002, dirigido por Miguel Menassa.

Este seminario es un lugar de investigación y exposición de lo investigado en el campo de la Medicina Psicosomática con el Psicoanálisis como instrumento de lectura.

Aunque la inauguración del Seminario se hace oficial en el año 2002, la Escuela de Psicoanálisis viene trabajando esta problemática de la Medicina Psicosomática desde sus inicios. Una preocupación teórica por las cuestiones de la Psicosomática recorre muchos de los textos del Dr. Miguel O. Menassa, Médico Psicoanalista y Director de esta Institución desde 1981.

El Seminario es, como todo grupo de trabajo dentro de esta Institución, una máquina productora de sujetos, en este caso de psicoanalistas específicamente formados en el estudio y abordaje terapéutico de pacientes con procesos psicosomáticos. La salud es una producción y la formación de profesionales para su consecución es su pilar fundamental, y la única forma de dar cuenta de este proceso de formación es la escritura. Por eso, ya del Seminario han surgido varios textos de Medicina Psicosomática.

Aunque el seminario esté especialmente dirigido a la psicosomática, el ejercicio necesario de despejar esta estructura de las restantes: neurosis, psicosis, enfermedad orgánica..., hace ineludible ahondar en su estudio.

Cualquier acercamiento a la Medicina Psicosomática no puede dejar de lado una mirada sobre cómo en el devenir de su historia la Medicina ha ido progresivamente avanzando en el conocimiento de los procesos orgánicos, despojándose de creencias o concepciones mágicas y acercándose al conocimiento científico que preside en el momento actual su teoría y su práctica. La Medicina ha ido pensando la relación entre lo somático y lo psíquico, presente desde el inicio hasta el momento actual de distintas maneras en los distintos periodos históricos.

En cada periodo ha sido un determinado pensamiento científico el que ha regido el progreso del conocimiento médico y por tanto su práctica.

Se han tenido que ir derribando prejuicios, recordemos que cuando Pasteur descubrió las primeras bacterias, había autores médicos que sostenían que era imposible que un organismo tan pequeño, que solo se podía ver al microscopio, produjera daño a un humano, que era mucho más grande. O también podemos recordar el ejemplo de Hipócrates, la teoría de los cuatro humores, que tuvo su origen en la teoría filosófica de los cuatro elementos, dominó el pensamiento médico durante siglos. La bilis negra, bilis amarilla, flema o pituita y sangre eran los cuatro humores, y de su equilibrio o desequilibrio dependía la salud y la enfermedad. Las técnicas de curación eran entonces las ventosas y las flebotomías, congruentes con su teoría.

La Medicina en su transcurrir se ha ido haciendo con los instrumentos necesarios para poder pensar lo Psicosomático, tomándolos en ocasiones, de otras ciencias.

Podríamos pensar que el Psicoanálisis por ser la teoría que da cuenta del sujeto psíquico, necesariamente ha de hacer aportes a la teorización sobre la Psicosomática. Sin el concepto de inconsciente, es prácticamente imposible explicarse algunas patologías.

Me parece necesario aclarar qué decimos cuando hablamos de Medicina Psicosomática. A primera vista el término psicosomático puede parecer muy amplio, si lo interpretamos como todo proceso psíquico que tiene su influencia en lo somático. Esta vaga definición, permitiría incluir en lo psicosomático procesos como lo que se conocía en tiempos de Freud como histeria, que ahora se conoce más como trastorno somatoforme (donde un estímulo psíquico produce una lesión funcional somática, como por ejemplo una parálisis braquial) o procesos fisiológicos como el rubor (expresión somática visible de un estimulo psíquico), etc., que no pueden ser considerados estrictamente psicosomáticos. Se trata de señalar los límites de lo psicosomático, ese es quizás el trabajo central para cualquier estudioso de este campo. La estructura psicosomática sería una estructura diferente a las neurosis de transferencia, la psicosis, la perversión o la depresión, se trata de determinar las características singulares de esta estructura y sus radicales diferencias con el resto de las estructuras freudianas.

Lo que nos lleva a pensar la estructura psicosomática como una estructura singular, es la teorización de Freud con respecto a las neurosis actuales, donde señala como característica fundamental de éstas la imposibilidad de elaborar los estímulos somáticos por vía psíquica, de tal manera que se elaboran exclusivamente por vía somática, produciendo en su insistencia lesión de órgano.

Se trata de llevar a cabo una lectura psicoanalítica de la psicosomática, a la manera en que Freud escribe: Observaciones psicoanalíticas sobre..., es decir, no se trata de una descripción fenomenológica de una determinada entidad nosológica, sino que se trata del despliegue de esa estructura en análisis.

Hay muchas estructuras o dolencias psíquicas que se acompañan de afectación corporal, así la histeria puede tener parálisis, urticaria, algunos tipos de asma. Las enfermedad orgánicas, como el cáncer o el SIDA, que muchas veces se preceden de una depresión, también tiene afectación corporal, pero no es estrictamente una enfermedad psicosomática. La psiconeuroinmunología se ocupa de estudiar la interacción entre el psiquismo y los sistemas nervioso, inmune y endocrino, y ha demostrado que en la depresión psíquica existe también una depresión inmunológica concomitante, lo que lleva al desarrollo de algunas enfermedades. Es conocido desde la Segunda Guerra Mundial que los soldados de los ejércitos derrotados, enfermaban mucho más de enfermedades infecciosas, como la disentería, una forma grave de diarrea infecciosa, que los vencedores.

Todos sabemos que bajo determinadas situaciones de estrés psíquico: momentos de exámenes, procesos de separación matrimonial, procesos de duelo, nuestro sistema inmune tiene “baja la guardia”, por decirlo de alguna manera, y tenemos mucha más propensión a sufrir procesos infecciosos: faringitis, otitis, gastroenteritis, etc.

Además, bajo el afecto de la felicidad, florece todo el organismo, y se recuperan o se conservan algunas manifestaciones de la juventud, mientras que la tristeza nos encanece y acelera los procesos de envejecimiento.

Las enfermedades propiamente psicosomáticas son precedidas en muchas ocasiones de una situación clínica que conocemos con el nombre de neurosis de angustia, en DSM IV estaría dentro de los trastornos por ansiedad generalizada, y que se manifiesta especialmente por síntomas neurovegetativos: todos sabemos más o menos lo que es una crisis de angustia: palpitaciones, aceleración de la respiración, temblores, en ocasiones aumento del ritmo intestinal y de la frecuencia de la diuresis, etc. Las enfermedades psicosomáticas, también son generalmente mediadas por el sistema nervioso autónomo, así el asma, la HTA. Las siete grandes enfermedades psicosomáticas que describió la Escuela de Chicago: Asma, Hipertensión, Úlcera Péptica, Tirotoxicosis, Neurodermatitis, Enfermedad Inflamatoria intestinal, Artritis reumatoide.

No obstante, sabemos que a parte de estas enfermedades, donde lo psíquico puede ser en ocasiones etiológico, estar en la base de la producción de la enfermedad, tenemos que tener en cuenta que la actuación del psicoanálisis es mucho más amplia, ya que lo psíquico influye en elementos tan importantes como la adherencia al tratamiento (que el paciente haga bien o mal el tratamiento), la respuesta a los fármacos, la evolución más grave o más leve de la enfermedad, e incluso la curación. Porque no basta con hacer un buen diagnóstico y un tratamiento correcto, el paciente también decide con quién se cura, a quién le ofrenda su curación, por decirlo de alguna manera. La relación médico paciente es fundamental, determina la respuesta la tratamiento. A veces vemos como afectos como la culpa, hacen que el paciente no se cure o no termine de responder al tratamiento, porque la enfermedad es percibida como un castigo que calma la culpa.

En este sentido, el psicoanálisis puede ayudar mucho a la medicina, pueden ser grandes complementarios.