Si nos preguntamos ¿cómo elegimos pareja, nos sorprenderá escuchar que la elección de pareja es siempre narcisista y eso quiere decir que se elige al otro por algún rasgo suyo que nos recuerda a nosotros mismos: a lo que fuimos, a lo que somos, a lo que queremos llegar a ser, a la madre dadora: a quien me da o deja que le dé, o al padre protector, es decir, a quien me protege o deja que le proteja. En general se elige la propia imagen o bien una imagen de la madre o del padre. Se podría decir que nos amamos a nosotros mismos en el otro.
Es muy difícil amar realmente al otro en su verdadera dimensión. Traspasar los límites del amor narcisista o del amor familiar (a los padres). Tener un proyecto en común con el otro, un amor productivo.
Los hombres y las mujeres amamos de manera distinta. Es una cuestión estructural, ellos suelen elegir a quien se deja amar, según su propia imagen o según la imagen de la madre, ellas suelen elegir a quien las ama, según su propia imagen, la imagen de la madre o bien la imagen del padre. O bien todo lo contrario, que en el inconsciente es lo mismo. (es decir, elegir un hombre totalmente opuesto al padre, es elegir también con respecto al padre).
La posición de objeto de la mujer con respecto al amor, donde para ella es más importante ser amada que amar, a veces la lleva a los extremos de que el primero que le dice un piropo, que la hace sentirse amada, con ese se casa, y después , se arrepiente en ocasiones toda la vida, o el matrimonio se deshace en seguida.
Y puntualizar también que hay muchos que aman según una forma que podríamos llamar femenina, y mujeres que aman según una forma masculina.
Además de narcisista, el amor es ambivalente (mezcla de sentimientos hostiles y cariñosos), casi todas las relaciones afectivas de alguna duración entre dos personas: el matrimonio, la amistad, el amor paterno y el filial, dejan un depósito de sentimientos hostiles que transcurren a nivel inconsciente, que se muestran, por ejemplo, cuando vemos a dos asociados o a una pareja pelearse de continuo, o a un subalterno murmurar sin cesar contra el superior, o cuando dos familias se unen por un matrimonio, cada una de ellas se considera mejor y más distinguida que la otra, y eso es fuente de continuas discusiones.
Las relaciones de alguna duración no tienen un fácil punto de partida y tampoco es fácil mantenerse en construcción permanente.
Entre las distintas problemáticas que pueden llevar a consultar a una pareja, están los celos. Los celos son señal de amor, por eso cuando se manifiestan cuando hay un motivo, son tolerables pero cuando se manifiestan cuando él o ella están en el trabajo, se hacen insoportables. Hay mujeres y hombres que celan de todo aquello en que su pareja ponga su atención, sea hombre, mujer, amigo, o un deporte, el trabajo, cualquier cosa que distraiga a la pareja de ellos.
El celoso entra en una tristeza que le lleva en situaciones extremas a no trabajar para hacerse acompañante permanente o vigilante crónico, o bien surge el maltrato familiar por celos, una mezcla de amor y venganza.
Es muy difícil amar realmente al otro en su verdadera dimensión. Traspasar los límites del amor narcisista o del amor familiar (a los padres). Tener un proyecto en común con el otro, un amor productivo.
Los hombres y las mujeres amamos de manera distinta. Es una cuestión estructural, ellos suelen elegir a quien se deja amar, según su propia imagen o según la imagen de la madre, ellas suelen elegir a quien las ama, según su propia imagen, la imagen de la madre o bien la imagen del padre. O bien todo lo contrario, que en el inconsciente es lo mismo. (es decir, elegir un hombre totalmente opuesto al padre, es elegir también con respecto al padre).
La posición de objeto de la mujer con respecto al amor, donde para ella es más importante ser amada que amar, a veces la lleva a los extremos de que el primero que le dice un piropo, que la hace sentirse amada, con ese se casa, y después , se arrepiente en ocasiones toda la vida, o el matrimonio se deshace en seguida.
Y puntualizar también que hay muchos que aman según una forma que podríamos llamar femenina, y mujeres que aman según una forma masculina.
Además de narcisista, el amor es ambivalente (mezcla de sentimientos hostiles y cariñosos), casi todas las relaciones afectivas de alguna duración entre dos personas: el matrimonio, la amistad, el amor paterno y el filial, dejan un depósito de sentimientos hostiles que transcurren a nivel inconsciente, que se muestran, por ejemplo, cuando vemos a dos asociados o a una pareja pelearse de continuo, o a un subalterno murmurar sin cesar contra el superior, o cuando dos familias se unen por un matrimonio, cada una de ellas se considera mejor y más distinguida que la otra, y eso es fuente de continuas discusiones.
Las relaciones de alguna duración no tienen un fácil punto de partida y tampoco es fácil mantenerse en construcción permanente.
Entre las distintas problemáticas que pueden llevar a consultar a una pareja, están los celos. Los celos son señal de amor, por eso cuando se manifiestan cuando hay un motivo, son tolerables pero cuando se manifiestan cuando él o ella están en el trabajo, se hacen insoportables. Hay mujeres y hombres que celan de todo aquello en que su pareja ponga su atención, sea hombre, mujer, amigo, o un deporte, el trabajo, cualquier cosa que distraiga a la pareja de ellos.
El celoso entra en una tristeza que le lleva en situaciones extremas a no trabajar para hacerse acompañante permanente o vigilante crónico, o bien surge el maltrato familiar por celos, una mezcla de amor y venganza.
MUY ESCLARECEDOR!!!!!!!!!!!!! Y REALMENTE MUY INTERESANTE!!!!!! GRACIAS POR COMPATIRLO.!!!uN BESO
ResponderEliminarHACIA MUCHO QUE NO VENIA A VISITARTE, VENDRE MAS SEGUIDO!
Gracias Roxana.
ResponderEliminarYo te debo también una visita para tomar un mate.
Besos
Alejandra