martes, 13 de enero de 2009

MENOPAUSIA Y CLIMATERIO. QUE NOS NOS ENGAÑEN CON QUE ES EL FINAL.

La palabra menopausia etimológicamente deriva de los vocablos meno (sangrado, menstruación) y pausis (cese), es por tanto la desaparición de las «reglas», y no es más que uno de los síntomas que marcan, junto con otros, el periodo climatérico, definido como aquella etapa en la que la mujer pierde su capacidad reproductiva. Se ha señalado el final de este periodo como el comienzo de la senectud, por ello los límites son tan imprecisos que hay autores que otorgan a esta fase una duración de hasta veinte años, por tanto, cuando hablamos de climaterio, estamos hablando de un largo espacio de tiempo en la vida de la mujer.
Clásicamente se han descrito una serie de alteraciones psíquicas en relación con esta etapa de la vida. Marañón decía que a esta edad hay una «crisis de personalidad», depresión, insomnio, modificaciones de la libido... A este respecto, describió Deykin el «síndrome del nido vacío», que consistiría en un cuadro depresivo en una mujer en edad menopáusica en relación con el abandono del hogar de sus hijos, ya mayores, y con ello la supuesta pérdida de las funciones maternas.
El otro día escuchaba las palabras de una bella mujer de unos cincuenta años: «El hombre nace, crece, se reproduce y muere, ya he perdido mi capacidad reproductiva, ahora sólo me queda esperar a la muerte». Y sin embargo, sabemos que hoy en día, una mujer menopáusica está en la mitad de su vida. En 1900 la media de esperanza de vida femenina era de treinta y siete años, actualmente es de ochenta y dos.
¿De dónde la importancia de los hijos? Podríamos decir que la tendencia de los humanos a emparejarse o agruparse en familias, es una cuestión que supera al propio hombre, es una cuestión de la especie, filogénica y no ontogénica. Nos reproducimos para perpetuar la especie y formamos familias para cuidar de los cachorros humanos.
Pero además, tener hijos tiene para la mujer, un alto valor psíquico. La mujer actual se debate entre la producción y la reproducción. Entre los hijos y el trabajo productivo.
La función reproductiva de una mujer se acaba con el cese de la menstruación, pero no su función productiva, justo ahí es donde los productos que sea capaz de generar van a cobrar una importancia mayor. Deberíamos cambiar el «sentirse realizada», que no sé muy bien porqué se escucha casi siempre en femenino por el «sentirse realizando», haciendo con otros y para otros. Todo cambio genera un aumento de libido, este cambio desde la posibilidad de tener hijos biológicos a la imposibilidad de tenerlos, también. Hay muchas mujeres menopáusicas que se asustan por este aumento de su deseo, también sexual. Es totalmente normal.
El climaterio es una etapa donde la mujer puede libremente desarrollar su sexualidad sin temor al embarazo, hay una suerte de “liberación de la especie” que permite otro grado de libertad.
Alejandra Menassa de Lucia.Médico Especialista en Medicina Interna. Psicoanalista.
alejandramenassa@telefonica.net

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